Este año he disfrutado muchísimo en la edición de Arco, estuvimos el sábado y no me defraudó. He podido ver obra de mi adorado artista Jaume Plensa.
Obras de formato pequeño, grande, conceptual, fotografía, escultura,… las sensaciones y la emociónes no decayeron en ningún momento...al contrario siempre había alguna sorpresa agradable. Esta edición con cierto toque poético, como la cajita que encerraba un trocito de mar en movimiento, o poder ver cómo las obras se "desparraman" por el suelo, se mueven, quieren tal vez, llegar a nosotros.
Tener en un espacio, tanto arte junto puede dar sensación de vértigo pero, superado ese primer sentimiento, la experiencia, mi experiencia, es encontrarme protegida, a salvo, nada podrá pasarme rodeada de toda la creatividad y pasión que me rodea, estaba tranquila.
Comprobar también que la gente, quiere seguir siendo parte de lo que ve, de lo que le hace sentir, mira, se descubre en la obra, al final, es una búsqueda mutua, personal e intima.
Esa mañana llovía, fue un día de perros en Madrid. Con el alma un poco tocada llegué, y al final salí como siempre, bañada y renovada por todo lo que mi retina y mi corazón pudo vivir.
Edición y fotografías: Elia Carro.
